viernes, 29 de junio de 2012

LA MIRADA INTERNA. 3

                                           

XVI. TRANSFERENCIA DE LA FUERZA

  1. Aquel que tiene la fortuna de haber logrado el gran pasaje y que lo dirige hacia su propia evolución, tiene obligaciones para con aquellos que están en el camino, atrás de él. Los que van detrás del más antiguo, conviene que recaben de él, sabiduría y experiencia.
  2. En muchos casos, los que tienen control de la Fuerza pueden transferirla a quienes, pese a sus esfuerzos, no logran el gran pasaje. Esto se hace en aquellas reuniones en que, en unos y en otros, esté ese fuerte y solidario deseo. Entonces, basta con que al manifestarse el gran pasaje, se desplace la Fuerza por haber mantenido contacto entre los que están en condiciones diferentes. Esta transferencia fue conocida desde antiguo como “imposición de manos”. La Fuerza puede, en efecto, transferirse cuando se dispone de su control y te digo que así como el doble puede proyectarse, también su energía se manifiesta a distancia en los fenómenos que se reconocen como “extrasensoriales”. No obstante, en su momento, te advertí sobre su inconveniencia.
  3. La fuerza puede ser transferida a otros y también a objetos particularmente adecuados para recibirla y conservarla. Confío en que no te será difícil entender la función que cumplieron los sacramentos en muchas religiones e igualmente, el significado que tuvieron los lugares sagrados y hasta los sacerdotes y pontífices supuestamente “cargados” con la Fuerza y posteriormente, convertidos en fetiches sin significado profundo. Cuando algunos objetos fueron adorados con fe en los templos y se los rodeó de ceremonia y rito, seguramente “devolvieron” a los creyentes la energía acumulada por oración repetida. Esto, que luego fue superstición (que aún conservan las gentes ignorantes), tuvo como trasfondo la real intuición de la existencia de la Fuerza y su aptitud para ser transferida.
  4. Hablemos ahora del caso en que ya conoces por experiencia la acción de la Fuerza. La producción del gran pasaje se efectúa a lo sumo mensualmente, a fin de que la energía liberada tome su tiempo en reordenarse. Así se obtienen los beneficios necesarios, sin manifestar efectos contrarios que puedan llevar al deterioro, por exigencias continuadas, dejadas a la improvisación. Por otra parte, la circulación súbita de la Fuerza en el organismo, produce movilización de los puntos de control de los que te hablara en su momento. Entonces, poco a poco, comienza a percibirse un cambio profundo y positivo en la actitud general de aquel que lleva estas cosas con prudencia.
  5. Todo nuevo gran pasaje es un refuerzo al cambio que se va experimentando. Este será saludable si cada vez se produce con mayor control y ampliación de la conciencia. Un efecto opuesto, muestra a las claras que las operaciones deben suspenderse.
  6. Supongo que tu caso es el mejor y por tanto, puedo recomendarte ahora que luego del gran pasaje conserves en ti la sensación física de carga y te mantengass en presencia de la Fuerza en tus actividades cotidianas. Puedes, para ésto, usar el recurso de no olvidar tu cuerpo al par que te ocupas de otras cosas. Esta suerte de atención dividida, consolida poco a poco ese nuevo nivel mental que conocemos como “conciencia de sí” o estado de verdadero despertar. Por extraño que te resulte aquello de “no olvidar tu cuerpo”, debes comprender que en el estado corriente de vigilia, sucede lo contrario. Al olvidar el cuerpo se olvida también el propio “yo” y por tanto, uno se olvida de sí mismo, siendo influenciado por los ensueños, los fantaseos y la acción hipnótica del mundo que rodea. Así, merced al olvido de sí misma, la gente es fácil presa de opiniones no demostradas, de creencias, de pareceres, de criterios de autoridad y prestigio y en general, de toda acción propagandística e irracional.
  7. No te sugiero aquí que te separes del mundo cotidiano, sino todo lo contrario, actúa en él sin temor ni encerramiento, pero no te olvides de ti mismo.

XVII.- PERDIDA Y REPRESION DE LA FUERZA

  1. Las mayores descargas de la Fuerza se producen por actos descontrolados, éstos son: la sexualidad excesiva, la imaginación sin freno, la charla desmedida, la curiosidad sin control y la percepción exagerada (el mirar, oír, gustar, etc… de manera desbordada e inútil).
  2. En cuanto a la sexualidad, debes interpretar correctamente ésto: tal función no debe ser reprimida, porque en ese caso crea efectos mortificantes y contradicción interna. La sexualidad comienza y concluye en su acto, pero de ninguna manera debe continuar afectando la imaginación o buscando nuevo objeto de posesión. Se hace evidente que si los estímulos externos o la fantasía exacerban la función del sexo, ésta resulta excesiva.
  3. Está claro que las recomendaciones de castidad y abstinencia tuvieron en su momento relación con la Fuerza, pero los instructores que pusieron atención en aquello, de ningún modo lo explicaron de manera represiva, sino sobreelevada.
  4. Posteriormente, el control del sexo por una determinada “moral” social o religiosa, sirvió a designios que nada tenían que ver con la evolución sino más bien con lo contrario.
  5. La Fuerza se desbordó hacia lo crepuscular en las sociedades reprimidas y allí se multiplicaron los casos de “endemoniados”, “brujos”, sacrílegos y criminales de toda laya que gozaron con el sufrimiento y la destrucción de la vida y la belleza. En algunas tribus y civilizaciones, los criminales estuvieron repartidos entre los que ajusticiaron y los que fueron ajusticiados. En otros casos, se persiguió a todo lo que era ciencia y progreso porque se oponía a lo irracional, a lo crepuscular y a lo reprimido.
  6. En ciertos pueblos primitivos, existe aún la represión del sexo, como en otros considerados de “civilización avanzada”. Es evidente que en unos y en otros, el signo destructivo es grande aunque en los dos casos el origen de tal situación sea distinto.
  7. Si me pides más explicaciones, te diré que en realidad el sexo es en sí santo, ya que gracias a su ejercicio la caída de la luz en escalas inferiores (al desintegrarse los cuerpos), es compensada por la reproducción, que permite el surgimiento de nuevas posibilidades evolutivas.
  8. Jamás creas las mentiras de los envenenadores de la vida cuando se refieren al sexo como algo despreciable. Por el contrario, hay en él belleza y no en vano está relacionado con los mejores sentimientos del amor.
  9. Sé cuidadoso entonces y considéralo como una gran maravilla que debe tratarse con delicadeza, sin convertirlo en fuente de contradicción o en desintegrador de la energía vital.

XVIII.- ACCION Y REACCION DE LA FUERZA

  1. Te expliqué en alguno de los principios: “Cuando encuentres una gran Fuerza, alegría y bondad en tu corazón o cuando te sientas libre y sin contradicciones, inmediatamente agradece a tu dios interior, como si te agradecieras a ti mismo”
  2. Tu dios interior, no es sino esa energía que va tomando unidad en ti por tu trabajo corriente y que va conformando al doble, capaz de acrecentarse con el gran pasaje de la Fuerza y trascender más allá de esta vida. “Agradecer”, significa concentrar los estados de ánimo positivos en este interior radiante, símil de la esfera transparente que conoces. Esto permite asociar los estados positivos con tal representación, de modo que a la inversa (en situaciones desfallecientes), al apelar a idéntica imágen, ésta entregará la “carga” psíquica que le fuera asociada. Como además, esta energía está elevada por el contacto con la Fuerza, su acción trasciende el simple campo de lo mental personal.
  3. Por todo ello, tu dios interno devolverá ampliado en beneficio aquello que le pidieras, siempre que antes hubieras tomado contacto con la Fuerza (gran pasaje) y hubieras acumulado en ti, numerosos estados positivos.
  4. Para que todo lo anterior te resulte aún más claro, agregaré que el no olvidarse del cuerpo, o de sí mismo en la vida cotidiana, puede lograrse progresivamente si la atención al cuerpo es reforzada con esta imágen interna que acabo de mencionarte o por lo menos, con la sensación de existencia de la fuerza en uno mismo.

XIX.- LOS ESTADOS INTERNOS

  1. Debes adquirir ahora suficiente percepción de los distintos estados internos en los que te puedes encontrar.
  2. El primer estado, en el que prima el sin-sentido, aquél que mencionamos al comienzo, es conocido como estado de simple y difusa vitalidad. Todo se orienta por las necesidades, pero éstas son confundidas a menudo con los deseos y las imágenes contradictorias. Allí hay obscuridad y la luz de la razón está muy alejada. Se permanece en ese estado vegetando, perdido entre formas no definidas. Desde ese punto propio del sueño profundo, se puede evolucionar sólo por dos vías posibles: la vía de Muerte o la de Mutación.
  3. La vía de la Muerte te pone en presencia de un paisaje caótico y obscuro. Los antiguos conocieron ese paisaje y casi siempre lo ubicaron “bajo tierra”, en las profundidades abismales. Los instructores también visitaron ese reino para luego “resucitar” en niveles luminosos. Por la vía de la Muerte se reconoce el estado de vitalidad difusa, muriendo entonces a la vida anterior y ascendiendo hacia otro estado.
  4. Llegando a él, se encuentra el refugio de la Regresión. Desde allí se abren dos caminos: el del Remordimiento y aquel otro que sirvió para el ascenso, es decir, el camino de la Muerte. Si tomas el primero es porque tu decisión tiende a romper con tu vida pasada. Si regresas por el camino de la Muerte, destruyes tu posibilidad evolutiva y recaes en los abismos de la Vitalidad difusa.
  5. Ahora bien, te dije que había otro sendero para escapar de la Vitalidad, ése era el de la Mutación. Si eliges esa vía, es porque quieres emerger de tu penoso estado, pero sin estar dispuesto a abandonar algunos de sus beneficios aparentes. Es pues un falso camino, conocido como “Camino de la Mano Izquierda”, tomando la palabra “izquierda” por “torcida”. Muchos monstruos han salido de las profundidades por ese tortuoso pasadizo. Ellos han querido tomar el cielo por asalto, sin abandonar los infiernos y por tanto, han proyectado en el mundo medio infinita contradicción.
  6. Supongo que ascendiendo por el reino de la Muerte y por tu consciente Remordimiento, has llegado ya a la morada de la Tendencia. En ella no puedes descansar mucho tiempo. Dos delgadas cornisas sostienen tu morada: la Conservación y la Frustración. La Conservación es falsa e inestable. Caminando por ella te ilusionas con la idea de permanencia, pero en realidad desciendes velozmente hacia la Vitalidad que habías superado por la Muerte y el Remordimiento. Mala es tu posición en la morada de la Tendencia: o te dejas estar y caes o asumes responsablemente el camino de la Frustración (penoso, pero único-no-falso).
  7. De fracaso en fracaso puedes llegar a la próxima morada, que se llama “la morada del Desvío”. Cuidado con las dos vías que tienes ahora por delante: o tomas el camino de la Resolución, que te lleva a la posada de la Generación o tomas el del Resentimiento, que te hace descender nuevamente hacia el refugio de la Regresión, hacia el refugio del semi-sueño. Allí estás plantado ante el dilema: o te decides por el laberinto de la vida consciente y tomas la Resolución o regresas al laberinto de la vida obscura. Son numerosos los que no habiendo logrado superarse, regresan a los reinos inferiores por el Resentimiento. ¡Desafortunado aquél que llegando penosamente ante el umbral, no pudo franquear la entrada del despertar!
  8. Pero tú has ascendido por la Resolución; te encuentras ahora en el primer albergue de reposo conocido como la “Generación”. Allí tienes tres puertas: una se llama “Caída”, que lleva directamente a la Regresión, otra se llama “Intento” y la tercera, “Degradaciön”, que te lleva directamente a los abismos, sólo que desandando moradas y caminos en este orden: Tendencia, Frustración, Desvío, Resentimiento, Regresión, Muerte, Vitalidad,. No cabe duda que debes escoger la puerta media.
  9. Sube por la escalinata del Intento y llegarás a una cúpula inestable. Desde allí, desplázate por un pasillo estrecho y sinuoso que conocerás Como la Volubilidad, hasta llegar a un espacio amplio y vacío como Una plataforma, que lleva el nombre de “espacio-abierto-de-la-energía”.
  10. En ese espacio puedes espantarte por el paisaje desierto e inmenso y por el aterrador silencio de esa noche transfigurada por enormes estrellas inmóviles. Allí, exactamente sobre tu cabeza, verás clavada sobre el firmamento, la insinuante forma de la Luna Negra. Allí debes esperar a la alborada, paciente y con fe, pues nada malo puede ocurrirte si te mantienes quieto y sin desesperar.
  11. Podría suceder en tal situación, que quisieras por tu propia inventiva, arreglar una salida inmediata de allí. Si tal ocurre, podrías a tientas encaminarte a cualquier lugar con tal de no esperar el día en silencio y fe, pero debes recordar que todo movimiento allí es falso y se llama genéricamente: “Improvisación”. Si olvidándote de lo que ahora te menciono, comenzaras a improvizar movimientos por tu cuenta, ten la certeza de que serías arrastrado por un torbellino entre senderos y moradas hasta el fondo más obscuro de la disolución.
  12. ¡Qué difícil debe ser para ti comprender como los estados internos están encadenados unos a otros! Si vieras qué lógica inflexible tiene la conciencia, advertirías que en estas cosas, quien improvisa a ciegas, fatalmente comienza por la Degradación de la enseñanza, luego surgen en él los sentimientos de Frustración, posteriormente en el Resentimiento y por último llega a la Muerte y al mundo de la Vitalidad, en el que todo es olvido de lo que algún día se alcanzó a percibir.
  13. Si en la explanada alcanzas a percibir el día, surgirá ante tus ojos el radiante sol que habrá de alumbrarte la realidad objetiva. Entonces verás por primera vez, que en todo lo existente vive un Plan.
  14. Es difícil que caigas desde allí una vez que el Plan te fuera revelado, salvo que voluntariamente decidieras descender a los reinos inferiores para beneficio de otros, que deben ser instruídos en estas verdades. En tal caso, descenderás por el Propósito, hasta la morada de la Inestabilidad y desde allí (si ése es tu deseo), bajarás aún por la Fatalidad hasta los niveles que eligieras.
  15. Pero quién habla de bajar, cuando ha consolidado de modo permanente la conciencia de sí, el estado de despierto que ya no se pierde. ¡Quién habla de bajar, cuando se roza el nivel de conciencia creador!
  16. No debo hablar más de estas verdades, porque ellas, sin experiencia, sólo sirven para trasladar al campo de lo imaginario lo efectivamente realizable.
  17. Que te sirva lo dicho hasta aquí, a ti que vienes desde el lejano sin-sentido.
  18. Si lo explicado no te fuera útil, qué podrías objetar o poner por encima de esta enseñanza, si de todas maneras, nada tiene fundamento y razón para tu estado de existencia, próximo a la imágen de un espejo, al sonido de un eco, a la sombra de una sombra.
  19. Por lo contrario, alégrate si ha descendido al mundo de las tinieblas un cabo luminoso. ¡Alégrate!, pero recuerda bien que hemos traído la verdadera palabra de redención que dice: “Sólo tú puedes redimirte”



XX.- LA RELIGION INTERIOR

  1. Repara en mis consideraciones. En ellas no habrás de intuír sino alegóricos fenómenos y paisajes del mundo externo, pero también descripciones reales (no alegóricas) del mundo mental.
  2. Tampoco debes creer que los “lugares” por donde pasas en tu andar, sean los que roza el doble en su separación del cuerpo físico. Semejante confusión hizo a menudo obscurecer a profundas enseñanzas religiosas y así hasta hoy, se cree que “cielos”. “infiernos”, “ángeles”, “demonios”, “monstruos”, “castillos encantados”, “selvas”, “ciudades remotas” y demás, tienen realidad visible para los iluminados. El mismo prejuicio (pero con interpretación inversa), ha hecho presa en los escépticos sin sabiduría, que han tomado esas cosas por “ilusiones” o “alucinaciones” padecidas por mentes afiebradas.
  3. Debo repetirte entonces, que en todo ésto debes comprender que se trata de estados mentales simbolizados por “objetos”, supuestamente existentes en sí mismos. Esto no excluye, sin embargo, que la mente y sobre todo el doble con sus atributos, actúe en el mundo físico.
  4. Considera conmigo como de gran importancia, estos tres puntos: primeramente, los Principios. Su exámen y observancia producirán en ti una nueva forma de vivir. En segundo lugar, la Guía del Camino Interno, que meditada con frecuencia, te impedirá equivocar la dirección en tu desarrollo. Por último, el trabajo con la Fuerza, clave del despertar-adquirido-de-modo-permanente y de la inmortalidad.
  5. Estos tres puntos son pilares sobre los que descansa el maravilloso templo de la Religión Interior. Templo existente en todo ser humano, tantas veces rozado en infatigables búsquedas milenarias, tantas veces presentido en épocas de fe; y tantas veces olvidado en épocas de derrumbe.
  6. Todas las religiones y por cierto también la religión del ateísmo, tienen dos caminos. El camino del Fanatismo (o de la Conservación), lleva a los abismos. El camino del ascenso, lleva al templo de la Religión Interior.
  7. Cuando se habló de las ciudades de los dioses adonde quisieron arribar numerosos héroes de distintos pueblos; cuando se habló de paraísos en que dioses y hombres convivieron en original naturaleza transfigurada; cuando se habló de caídas y de diluvios, se dijo gran verdad.
  8. Luego los redentores trajeron la Palabra y llegaron a nosotros en doble naturaleza (humana y divina), para restablecer aquella nostálgica unidad perdida.
  9. Vuela ya de regreso a las estrellas el héroe de esta edad. Vuela a través de dimensiones antes ignoradas. Vuela sin duda, hacia el templo escondido de la Ciudad de Dios.
  10. Tú, yo y todos nuestros hermanos, divisamos abiertas de par en par, las puertas del templo de la Religión Interior.

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