miércoles, 27 de junio de 2012

LA MIRADA INTERNA. 1


I.- LA REVELACION INTERIOR

  1. Aquí se cuenta cómo al sin-sentido de la vida se lo convierte en sentido y plenitud.
  2. Aquí hay alegría; amor al cuerpo, a la naturaleza, a la humanidad y al espíritu
  3. Aquí se reniega de los sacrificios, del sentimiento de culpa y de las amenazas de ultratumba.
  4. Aquí no se opone lo terreno a lo eterno.
  5. Aquí se habla de la revelación interior, a la que llega todo aquel que cuidadosamente medita en humilde búsqueda.

II.- DISPOSICIÓN PARA COMPRENDER

  1. Sé cómo te sientes porque a tu estado puedo experimentarlo, pero tú no sabes cómo se experimenta lo que digo. Por consiguiente, si te hablo con desinterés de aquello que hace feliz y libre al ser humano, vale la pena que intentes comprender.
  2. No pienses que vas a comprender discutiendo conmigo. Si crees que contrariando ésto, tu entendimiento se aclara, puedes hacerlo, pero no es ese el camino que corresponde en este caso.
  3. Si me preguntas cuál es la actitud que conviene, te diré que es la de meditar en profundidad y sin apuro lo que te explico aquí.
  4. Si replicas que tienes cosas más urgentes de qué ocuparte, responderé que siendo tu deseo dormir o morir, no haré nada para oponerme.
  5. No argumentes tampoco que te desagrada mi modo de presentar las cosas, porque eso no lo dices de la cáscara cuando te agrada el fruto. Expongo del modo que me parece conveniente, no del que fuera deseable para quienes aspiran a cosas alejadas de la verdad interior.

III.- EL SIN-SENTIDO

  1. En muchos días descubrí esta gran paradoja: aquellos que llevaron el fracaso en su corazón, pudieron alumbrar el último triunfo; aquellos que se sintieron triunfadores, quedaron en el camino como vegetales de vida difusa y apagada.
  2. En muchos días llegué yo a la luz desde las obscuridades más obscuras, guiado no por enseñanza, sino por meditación.

Así, me dije el primer día:

  1. No hay sentido en la vida si todo termina con la muerte.
  2. Toda justificación de las acciones, sean éstas despreciables o excelentes, es siempre un nuevo sueño que deja el vacío por delante.
  3. Dios es algo no seguro.
  4. La fe es tan variable como la razón y el sueño.
  5. “Lo que uno debe hacer”, puede discutirse totalmente y nada viene definitivamente en apoyo de las explicaciones.
  6. “La responsabilidad” del que se compromete con algo, no es mayor que la responsabilidad de aquel que no se compromete.
  7. Me muevo según mis intereses y esto no me convierte en cobarde, pero tampoco en héroe.
  8. “Mis intereses”, no justifican ni desacreditan nada.
  9. “Mis razones”, no son mejores ni peores que las razones de los otros.
  10. La crueldad me horroriza, pero no por ello y en sí misma, es mejor o peor que la bondad.
  11. Lo dicho hoy por mí o por otros, no vale mañana.
  12. Morir no es mejor que vivir o no haber nacido, pero tampoco es peor.
  13. Descubrí, no por enseñanza, sino por experiencia y meditación, que no hay sentido en la vida si todo termina con la muerte.

IV.- LA DEPENDENCIA

El día segundo:

  1. Todo lo que hago, siento y pienso, no depende de mí.
  2. Soy variable y dependo de la acción del medio. Cuando quiero cambiar al medio o a “mi yo”, es el medio el que me cambia. Entonces busco la ciudad o la naturaleza o la redención social o una nueva lucha que justifique mi existencia… En cada uno de esos casos, el medio me lleva a decidir por una u otra actitud. De tal manera, mis intereses y el medio, aquí me dejan.
  3. Digo entonces que no importa qué o quién decide. Digo en esas ocasiones, que tengo que vivir, ya que estoy en situación de vivir. Digo todo ésto, pero no hay nada que lo justifique. Puedo decidirme o vacilar o permanecer. De todas maneras, Una cosa es mejor que otra provisoriamente, pero no hay “ mejor” ni “peor”, en definitiva.
  4. Si alguien me dice que aquel que no come muere, le responderé que así es en efecto y que está obligado a comer aguijoneado por sus necesidades, pero no agregaré a ésto que su lucha por comer justifica su existencia. Tampoco diré que éso sea malo. Diré con sencillez que se trata de un hecho individual o colectivamente necesario para la subsistencia, pero sin sentido en el momento en que se pierde la última batalla. Diré además, que me solidarizo con la lucha del pobre y del Explotado y del perseguido. Diré que me siento realizado con tal identificación, pero comprenderé que nada justifica nada.

V.- SOSPECHA DEL SENTIDO

El día tercero:

  1. A veces me he adelantado a hechos que luego sucedieron.
  2. A veces he captado un pensamiento lejano.
  3. A veces he descrito lugares que nunca visité.
  4. A veces he contado con exactitud lo sucedido en mi ausencia.
  5. A veces una alegría inmensa me ha sobrecogido.
  6. A veces una comprensión total me ha invadido.
  7. A veces una comunión perfecta con todo me ha extasiado y un amor total me ha sobrepasado.
  8. A veces he roto mis ensueños y he visto la realidad de un modo nuevo.
  9. A veces he reconocido como visto nuevamente algo que veía por primera vez.
  10. Y todo ello me ha dado que pensar. Buena cuenta me doy que sin estas experiencias, no podría haber salido del sin-sentido.

VI.- SUEÑO Y DESPERTAR

El día cuarto:

  1. No puedo tomar por real lo que veo en mis sueños. Tampoco, lo que veo en semisueño. Tampoco, lo que veo despierto, pero ensoñando.
  2. Puedo tomar por real lo que veo despierto y sin ensueño. Aún más: rara vez percibo lo real de un modo nuevo y entonces comprendo que lo visto normalmente, se parece al sueño o al semisueño.
  3. Hay una forma real de estar despierto, que no es la que vivo diariamente cuando digo: “Estoy despierto”.
  4. La forma real de estar despierto es la que me ha llevado a meditar profundamente sobre lo dicho hasta aquí y es, además, la que me abrió la puerta para descubrir el sentido de todo lo existente.

VII.- PRESENCIA DE LA FUERZA

El día quinto:

  1. Cuando estaba realmente despierto, iba escalando de comprensión en comprensión.
  2. Cuando estaba realmente despierto y me faltaba vigor para continuar el ascenso, podía extraer la Fuerza de mí mismo. Ahora bien, toda la Fuerza de mi ser estaba en mi cuerpo. Toda la energía estaba hasta en las más pequeñas células de mi cuerpo. Ella era más veloz e intensa que la sangre.
  3. Descubrí que la energía se concentraba en los puntos de mi cuerpo cuando éstos actuaban y se ausentaba cuando cuando en ellos no había acción.
  4. Durante las enfermedades, la energía faltaba o se acumulaba excesivamente en los puntos afectados. Pero si lograba restablecer el pasaje normal de la energía, muchas enfermedades comenzaban a retroceder.
  5. Algunos pueblos conocieron ésto y actuaron reestableciendo la energía mediante agujas o procedimientos hoy extraños a nosotros.
  6. Algunos pueblos conocieron ésto y actuaron comunicando esa energía de unos a otros y se produjeron “iluminaciones” de comprensión y hasta “milagros” físicos.

VIII.- CONTROL DE LA FUERZA

El día sexto:

  1. Hay una forma de dirigir y concentrar la Fuerza que circula por el cuerpo.
  2. Hay puntos de control en el cuerpo. De ellos depende lo que conocemos como: movimiento, emoción e idea. Cuando la energía actúa en esos puntos, se producen las manifestaciones motrices, emotivas e intelectuales.
  3. Según la energía actúe más interna o superficialmente en el cuerpo, surgen el sueño profundo, el semisueño o el estado de despierto… Seguramente, las aureolas que rodean el cuerpo o la cabeza de los santos (de los grandes despiertos) en las pinturas de las religiones, aluden a ese fenómeno de la energía, que en ocasiones se manifiesta más externamente.
  4. Hay un punto de control del estar-despierto-verdadero y hay una forma de llevar la Fuerza hasta ese punto.
  5. Cuando se lleva la energía hacia ese punto, todos los otros puntos de control se mueven alteradamente.
  6. Al ver ésto y lanzar la Fuerza a ese punto superior, todo mi cuerpo sintió el impacto de esa energía enorme y ella golpeó fuertemente en mi conciencia y ascendí de comprensión en comprensión. Pero también observé que podía bajar hacia las profundidades de la mente si perdía el control de la energía. Recordé entonces, las leyendas sobre los “cielos” y los “infiernos” y vi la línea divisoria entre ambos estados mentales.

IX.- EXISTENCIA DEL DOBLE O SEGUNDO CUERPO

El día séptimo:

  1. Esta energía en movimiento podía independizarse del cuerpo, manteniendo su unidad.
  2. Esta energía unida era realmente un segundo cuerpo, de la naturaleza de la luz. Entonces, recordé las leyendas sobre los fantasmas, sobre el alma y sobre el espíritu.
  3. La energía, ya como segundo cuerpo separado de su base corporal física, o se disolvía por falta de unidad interna o bien evolucionaba hacia una unidad mayor.
  4. La disolución era acorde con la pérdida de conciencia y la evolución con el ascenso o aumento de conciencia.
  5. Los “fantasmas” y “espíritus” de algunos pueblos o de algunos adivinos, no eran sino los propios dobles de las personas que se sentían “tomadas” por ellos. Como su estado mental estaba obscurecido (en trance o éxtasis) por haber perdido conciencia y control de la Fuerza, se sentían manejados por seres extraños, que a veces producían fenómenos notables. Sin duda que muchos “endemoniados” sufrieron tales efectos.
  6. Lo decisivo era entonces, el control consciente de la Fuerza. Esto variaba por completo tanto mi concepción de la vida corriente como de la vida posterior a la muerte.
  7. Mediante estos pensamientos y experiencias fuí perdiendo fe en la muerte y desde entonces no creo en ella, como no creo en el sin-sentido de la vida.

X.- EVIDENCIA DEL SENTIDO

El día octavo:

  1. La real importancia de la vida despierta y consciente, se me hizo patente.
  2. La real importancia de destruír las contradicciones internas, me convenció.
  3. La real importancia de manejar la Fuerza y consolidarla como segundo cuerpo (o doble), para más allá de esta vida, me llenó de sentido.

XI.- EL CENTRO LUMINOSO

El día noveno:

  1. En la fuerza del doble estaba la luz original que provenía de un centro.
  2. En la disolución de un doble había un alejamiento del centro y en la unificación y evolución del doble, una aproximación hacia el centro luminoso.
  3. No me extrañó encontrar en antiguos pueblos la devoción por el dios-sol y vi que si algunos adoraron al astro porque daba vida a su tierra y a la naturaleza, otros advirtieron en ese cuerpo majestuoso el símbolo de una realidad mayor. Otros fueron más lejos aún y recibieron de ese centro incontables dones que a veces “descendieron” como lenguas de fuego sobre los inspirados, a veces como esferas luminosas que llegaron desde el cielo; a veces como zarzas ardientes que se presentaron ante el temeroso creyente.
La mirada interna 2 
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